Inmortalizada por Apuleyo (El asno de oro), Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Venus, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros (Cupido) para que le lanzara una flecha, que la haría enamorarse del peor hombre que encontrase. Sin embargo, no contó con que Eros se enamoraría de ella y en secreto la llevó a vivir con él a su palacio. Para evitar la ira de su madre, Eros se presenta siempre ante Psique en la oscuridad y le prohíbe indagar sobre su identidad. Así, cada noche, se amaban.
Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Él aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, quienes gobernadas por la envidia preguntaron, quién era su marido. Psique, que nunca lo había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero al no creerle, les contó la verdad. Así, las hermanas la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia.
Psique comienza a tener miedo por lo que sus hermanas le dijeron y termina por hacerles caso. Una noche, enciende una lámpara para ver a su marido y matarlo con una daga, pero viendo lo hermoso que es, se sorprende y deja caer una gota de aceite hirviendo sobre Eros, que despierta y abandona decepcionado, a su amante. Psique siente vegüenza por su desconfianza y ruega a Venus que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal. Como cuarto trabajo, Venus afirmó que el estrés de cuidar a su hijo deprimido por las acciones de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Venus le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar con vida. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Venus.
Psique abandonó el inframundo y pensando que si Eros la veía nuevamente bella, la perdonaría y regresaría a su lado, por lo que se decidió a abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma; pero dentro, estaba un sueño profundo que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus su permiso para casarse con Psique. Éste accedió e hizo inmortal a Psique. Así Venus, no pudo más que aceptar la decisión y olvidar su rencor.
